Las personas que están amamantando o se extraen leche para alimentar al bebé suelen preguntarse si tienen que seguir una dieta especial. En la mayoría de los casos, no es necesario. Solo deben seguir una dieta equilibrada y beber líquidos cuando tengan sed. Tal vez esté ansiosa por perder el peso extra que aumentó en el embarazo. Pero no es recomendable que siga un programa estricto para bajar de peso, mucho menos durante los primeros meses de lactancia. No hay una dieta especial que se deba seguir durante la lactancia. Sin embargo, las sugerencias que se indican a continuación pueden ayudarla con sus patrones alimenticios durante el embarazo.
Beba suficientes líquidos. Es posible que sienta sed durante los primeros días después del parto. Esto se debe a que el cuerpo pierde el líquido adicional que se incorporó durante el embarazo. Después de ese momento, el cuerpo desarrollará la sensación de sed según sus necesidades. Pero la mayoría de las mujeres que amamantan notan que tienen más sed. Beba abundante cantidad de líquidos, como agua, para saciar la sed. Limite el consumo de bebidas azucaradas y con cafeína. No es necesario que se obligue a tomar más líquidos si no tiene sed. Pero sí es recomendable que beba algo cada vez que esté sedienta. Una buena recomendación es colocar un vaso con agua cerca de su lugar favorito para amamantar.
Coma alimentos sanos variados. La mejor forma de saber cuánto comer es el propio apetito. Por lo general, las personas sienten más hambre durante los primeros meses de lactancia. No ignore las señales de hambre del cuerpo mientras produce leche para el bebé. Asegúrese de comer una variedad de alimentos sanos. Esto incluye frutas, verduras y alimentos ricos en proteínas. Busque un refrigerio que pueda comer con una sola mano mientras amamanta. O deje algunos refrigerios envasados cerca de su lugar favorito para amamantar.
Coma una gran variedad de alimentos a fin de obtener las calorías, las vitaminas y los minerales que necesita para mantenerse saludable. Se recomienda consumir al menos 2,000 calorías por día, con un aumento de 330 a 400 calorías sobre la ingesta diaria que consume cuando no está embarazada. Los alimentos de estos grupos alimenticios son los que aportan mayor valor nutricional:
Carnes
Frijoles
Verduras (en especial, las de hojas verdes)
Frutas (no bebidas de frutas)
Panes, cereales y granos
Leche, quesos y huevos
Las comidas picantes o que producen gases son comunes en muchas culturas. Este tipo de alimentos no suele molestar a la mayoría de los bebés. Sin embargo, algunos bebés sí tendrán gases o se sentirán molestos si quien los amamanta come ciertos alimentos. Pero no hay una lista específica de alimentos que genere problemas en la mayoría de los bebés. No es necesario que deje de consumir alimentos específicos, a menos que note alguna reacción de su bebé dentro de las 6 horas posteriores a cada vez que come cierto alimento.
La alimentación vegetariana, o mayormente vegetariana, ha cumplido un rol fundamental en muchas culturas durante siglos. La leche materna de una persona vegetariana suele ser tan apropiada desde el punto de vista nutricional como la de otras personas. Sin embargo, algunas dietas veganas no aportan suficiente vitamina B12. Por lo general, en estos casos, las personas incorporan suplementos de vitamina B12 u otras vitaminas y minerales para que la leche materna contenga la cantidad necesaria.
Obtenga ayuda si tiene dudas sobre la manera en que su dieta afecta la leche materna. Comuníquese con el proveedor de atención médica, con un asesor de lactancia certificado (IBCLC, por su sigla en inglés) o con un nutricionista que se especialice en nutrición perinatal.
Puede consumir bebidas con cafeína. Pero la cafeína puede hacer que el bebé esté nervioso o irritable. También puede causarle dificultades para dormir. Más aún si usted consume muchas bebidas con cafeína o si bebe mucha cantidad y muy rápido. Durante la lactancia, procure consumir mayormente bebidas sin cafeína. Si le gustan las bebidas con cafeína, limite el consumo a 2 medidas de 240 ml (8 onzas) por día.
Se recomienda limitar el consumo de alcohol durante el período de lactancia o extracción de leche. De hecho, el alcohol puede reducir su capacidad de producción de leche y cambiar el sabor de la leche durante un tiempo. Extraerse leche y desecharla luego de beber alcohol no hace que eliminemos el alcohol de la leche más rápido. El nivel de alcohol en la sangre disminuye con el tiempo, y lo mismo sucede con el nivel de alcohol en la leche. Mientras tenga alcohol en su torrente sanguíneo, tendrá alcohol en la leche.
El consumo de tabaco afecta el apetito y la percepción del sabor de muchos alimentos. Si está amamantando o se extrae leche, lo mejor es que evite consumir tabaco. Los beneficios de la leche superan los riesgos del consumo limitado de tabaco. Es importante que sepa que la nicotina y sus subproductos pasan a la leche. El consumo de tabaco puede acelerar el ritmo cardíaco del bebé, agitarlo, ponerlo nervioso o causarle vómitos y diarrea. Los bebés no deben estar expuestos al tabaquismo pasivo. El tabaquismo pasivo aumenta el riesgo de padecer muchas enfermedades, así como el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).
También se sabe que el tabaquismo aumenta la reacción del bebé a la cafeína. Si fuma, controle con mucho cuidado su ingesta de cafeína.
Además de los efectos posibles en el bebé, el consumo de tabaco puede interferir en cómo baja la leche (reflejo de eyección de la leche). También puede reducir la cantidad de leche que produce. Si no puede dejar de consumir tabaco, evalúe la posibilidad de consumir alguna variante baja en nicotina. Y fume inmediatamente después de amamantar. La cantidad de nicotina en la leche disminuye en 2 a 3 horas.
Hable con el proveedor de atención médica si quiere usar parches o gomas de mascar de nicotina. No combine la goma de mascar o los parches con el consumo de tabaco mientras esté amamantando.
En algunos casos, una afección de salud puede impactar directa o indirectamente en la producción de leche. Por ejemplo, es posible que algunas personas no tengan suficiente vitamina B12 debido a una afección de salud. Por lo general, en estos casos, las personas incorporan suplementos de vitamina B12 u otras vitaminas y minerales para que la leche materna contenga la cantidad necesaria. Esto puede incluir personas con las siguientes características:
Se ha sometido a una cirugía de derivación gástrica
Tiene anemia perniciosa
Tiene determinados trastornos gastrointestinales
Hable con el proveedor de atención médica si cree que su estado de salud podría afectar la lactancia.
Obtenga ayuda si tiene dudas sobre nutrición o alimentación saludable durante la lactancia. Comuníquese con el proveedor de atención médica, con un asesor de lactancia certificado o con un nutricionista que se especialice en nutrición perinatal.