La cirugía de reducción abierta con fijación interna (RAFI) se utiliza para estabilizar y consolidar un hueso fracturado. Tal vez deba someterse a este procedimiento para tratar una fractura de codo.
El codo es una articulación tipo bisagra que se compone de tres huesos. El húmero (el hueso de la sección superior del brazo) forma la articulación con dos huesos del antebrazo: el radio y el cúbito. El cúbito forma el extremo óseo del codo.
Distintos tipos de lesiones pueden dañar cualquiera de los tres huesos que forman la articulación del codo. Particularmente, esto ocurre cuando se produce una caída con la mano extendida. El hueso puede fracturarse en dos o más partes. En algunos tipos de fracturas, el codo se rompe, pero los fragmentos siguen alineados correctamente. En otros tipos de fracturas (con desplazamiento), los fragmentos óseos se salen de lugar a causa de la lesión.
Si se fractura el codo, tal vez necesite una cirugía de reducción abierta con fijación interna para reacomodar los huesos y ayudar a su consolidación. Durante una reducción abierta, los traumatólogos reubican los fragmentos óseos en su lugar correcto por medio de una cirugía. En una reducción cerrada, el médico reacomoda los huesos en su lugar sin la necesidad de exponer el hueso quirúrgicamente.
La fijación interna es el método utilizado para volver a unir los huesos. Esto puede hacerse con tornillos, placas, alambres o clavos especiales que el cirujano coloca dentro de los huesos para fijarlos en su posición correcta. Así se evita que los huesos se consoliden incorrectamente. Para realizar esta cirugía, el paciente suele estar dormido con anestesia general.
Algunas afecciones aumentan la probabilidad de que ocurra una fractura de codo, por ejemplo, la osteoporosis incrementa el riesgo en muchos adultos mayores.
No todas las personas que se fracturan el codo necesitan una reducción abierta con fijación interna. De hecho, la mayoría no la necesita. De ser posible, su médico tratará la fractura con otros tratamientos médicos, como analgésicos, férulas y cabestrillos.
Probablemente la cirugía de reducción abierta con fijación interna no será necesaria, salvo que la fractura no pueda consolidarse de manera satisfactoria con estos tratamientos. Usted tiene más probabilidades de necesitar una cirugía de reducción abierta con fijación interna si ocurre lo siguiente:
Los fragmentos del hueso fracturado se han desplazado demasiado.
El hueso fracturado le perforó la piel.
El hueso se fracturó en varias partes.
En esos casos, la reducción abierta con fijación interna sirve para reacomodar los huesos en la posición correcta. Esto aumenta significativamente las probabilidades de que el hueso se consolide normalmente. Es posible que necesite una cirugía de reducción abierta con fijación interna si la fractura ocurre en cualquier lugar de la articulación del codo, incluidas la sección inferior del húmero y las secciones superiores del radio o del cúbito.
La mayoría de las personas que sufren una fractura de codo evolucionan muy bien después de la cirugía de reducción abierta con fijación interna. A pesar de ser poco frecuentes, pueden ocurrir complicaciones, entre ellas, las siguientes:
Infección
Sangrado
Daño a los nervios
Rigidez de la articulación (es frecuente)
Inestabilidad de la articulación
Alineación incorrecta de los fragmentos óseos o fracaso de la consolidación
Complicaciones de la anestesia
Rotura de tornillos o placas
Artritis de la articulación (meses o años después)
También hay un riesgo de que la fractura no se consolide correctamente y usted tenga que someterse a otra cirugía.
Su riesgo de tener complicaciones puede variar en función de la edad, de la anatomía de la fractura del codo y de otras afecciones que padezca. Por ejemplo, las personas que tienen poca masa ósea o diabetes pueden tener un mayor riesgo de sufrir ciertas complicaciones. Los fumadores también corren más riesgos. Pregúntele a su médico cuáles son los riesgos que más corresponden a su caso.
Este tipo de cirugía suele ser un procedimiento de urgencia. Antes del procedimiento, un proveedor de atención médica le hará preguntas sobre sus antecedentes médicos y le hará una exploración física. Será necesario tomar una imagen del codo, la cual se obtiene mediante una radiografía, una tomografía computarizada o una resonancia magnética. Informe a su médico acerca de todos los medicamentos que se administra, incluidos los de venta libre, como la aspirina. También avísele cuándo fue la última vez que comió.
En algunos casos, sus médicos pueden hacer la cirugía de reducción abierta con fijación interna un poco más tarde. En ese caso, hable con su médico sobre cómo prepararse para el procedimiento. Pregúntele si debe dejar de tomar algún medicamento antes de la cirugía, por ejemplo, anticoagulantes. No coma ni beba nada a partir de la medianoche anterior al procedimiento.
El cirujano podrá explicarle los detalles de su cirugía que dependerán de la ubicación y de la gravedad de la lesión. La cirugía estará a cargo de un traumatólogo y de un equipo de proveedores de atención médica especializados, y puede tardar un par de horas. En líneas generales, sucederá lo siguiente:
Le administrarán anestesia general para que esté dormido durante la cirugía y no sienta dolor ni molestias durante el procedimiento. (O bien, pueden administrarle anestesia local y un medicamento para ayudarlo a que se relaje).
Un anestesista vigilará atentamente sus signos vitales, como, por ejemplo, su frecuencia cardíaca y su presión arterial. Durante la cirugía, es posible que le coloquen un tubo de respiración en la garganta para ayudarlo a respirar.
Después de limpiar la zona afectada, el cirujano le hará una incisión en la piel y el músculo del codo. (El lugar puede variar según el hueso donde se haya producido la lesión).
El cirujano volverá a alinear los fragmentos del hueso fracturado ( reducción).
A continuación, sujetará los fragmentos del hueso fracturado entre sí ( fijación) con tornillos, placas de metal, alambres o pernos. (Pregúntele al cirujano cuál de todas estas herramientas usará para su caso en particular).
El cirujano hará también las demás reparaciones necesarias.
Una vez que haya fijado el hueso, el cirujano cerrará las capas de piel y de músculo alrededor del codo.
Hable con el cirujano sobre lo que sucederá después de su cirugía. Tal vez sienta algo de dolor después del procedimiento, pero los analgésicos pueden aliviarlo. Debería poder retomar su dieta habitual rápidamente. Probablemente le harán una prueba de diagnóstico por imágenes, como una radiografía, para asegurarse de que la cirugía haya sido exitosa. En función de la gravedad de la lesión y de sus otras afecciones, tal vez pueda irse a su casa el mismo día.
Tendrá que mantener el brazo inmovilizado durante un tiempo después de la cirugía. A menudo, esto significa que deberá usar una férula durante varias semanas. Asegúrese de proteger la férula del agua. Le indicarán cómo debe mover el brazo.
El cirujano puede darle otras indicaciones sobre cómo cuidarse el brazo, por ejemplo, la aplicación de hielo. Siga todas las indicaciones de su médico cuidadosamente. Puede que le desaconseje el uso de determinados medicamentos de venta libre para aliviar el dolor, ya que algunos pueden afectar la consolidación del hueso. Su médico puede indicarle que siga una dieta con alto contenido de calcio y vitamina D, mientras el hueso se consolida.
Puede que tenga secreción de líquido de la incisión. Esto es normal. Informe a su médico de inmediato si presenta lo siguiente:
Mayor enrojecimiento, hinchazón o secreción de líquido de la incisión
Fiebre alta o escalofríos
Dolor intenso en el brazo
Pérdida de la sensibilidad en el brazo o en la mano
Asegúrese de asistir a todas las visitas de control. Es posible que le quiten los puntos o las grapas aproximadamente una semana después de la cirugía.
En algún momento, tendrá que realizar fisioterapia para recobrar la fuerza y la flexibilidad de los músculos. Hacer los ejercicios tal como se lo indicaron puede favorecer su recuperación. La mayoría de las personas pueden volver a realizar sus actividades habituales en unos pocos meses.
Asegúrese de saber lo siguiente antes de aceptar someterse al procedimiento:
El nombre de la prueba o del procedimiento
Los motivos por los que se realiza la prueba o el procedimiento
Los resultados que puede esperar y qué significan
Los riesgos y los beneficios de la prueba o del procedimiento
Los efectos secundarios y las complicaciones posibles
Cuándo y dónde le realizarán la prueba o el procedimiento
Quién es la persona que realizará la prueba o el procedimiento y sus conocimientos o experiencia
Qué sucedería si no se realizara la prueba o el procedimiento
Las pruebas o los procedimientos alternativos disponibles
Cuándo y cómo obtendrá los resultados
A quién llamar luego de la prueba o del procedimiento en caso de tener preguntas o problemas
Cuánto deberá pagar por la prueba o el procedimiento