Hay muchas opciones de tratamiento para el cáncer de tiroides. La mejor opción para usted depende de los siguientes factores:
El tipo de cáncer de tiroides
El tamaño del tumor y si se propagó (el estadio del cáncer)
Su estado de salud general
Sus preocupaciones y preferencias personales
Es posible que tenga preguntas e inquietudes sobre las opciones de tratamiento. Quizás quiera saber cómo se sentirá, qué apariencia tendrá y los cambios que tendrá que hacer a sus actividades normales.
El proveedor de atención médica es la persona ideal para responder sus preguntas. Podrá explicarle cuáles son sus opciones de tratamiento, qué tan bien se espera que funcione el tratamiento, cuáles pueden ser los riesgos y los efectos secundarios y cuáles son los objetivos del tratamiento.
Es posible que el proveedor le recomiende un tratamiento específico. O quizás le ofrezca más de una opción y le pida que decida cuál quiere recibir. Puede ser difícil tomar esta decisión. Es importante que se tome el tiempo que necesite para decidir lo que considere mejor.
Esto puede llevar algo de tiempo. Hable con el proveedor de atención médica sobre cuánto tiempo puede tomarse para explorar las opciones. Es posible que quiera buscar otra opinión antes de decidir el plan de tratamiento. Su pareja, su cónyuge, la familia o los amigos pueden participar del proceso si lo desea.
Con el tratamiento se puede curar o controlar el cáncer. También se puede mejorar su calidad de vida si se controlan los síntomas de la enfermedad. El objetivo del tratamiento del cáncer de tiroides puede consistir en una o varias de estas opciones:
Extirpar el tumor canceroso causando el menor daño posible a las zonas cercanas
Destruir las células cancerosas o evitar que crezcan y se propaguen
Evitar que el cáncer regrese o retrasar su reaparición
Aliviar los síntomas del cáncer, como el dolor y la presión sobre los tejidos cercanos
Si el cáncer de tiroides se propagó a otras partes del cuerpo, el tratamiento puede enfocarse en controlar los síntomas. Con estos tratamientos, que se llaman tratamientos paliativos, no se destruye el cáncer. Se usan analgésicos y tratamientos para las células tumorales que pueden haberse propagado a los huesos, como la radioterapia. También incluyen formas de controlar los problemas para respirar o tragar. Los tratamientos paliativos también suelen usarse junto con el tratamiento contra el cáncer. Por ejemplo, puede recibir medicamentos para prevenir las náuseas cuando esté recibiendo quimioterapia.
Los tratamientos para el cáncer de tiroides pueden ser localizados o sistémicos. Es posible que reciba los dos:
Tratamientos localizados. Eliminan, destruyen o controlan las células cancerosas en una zona determinada del cuerpo. En el cáncer de tiroides, el tratamiento localizado más común es la cirugía.
Tratamientos sistémicos. Destruyen o controlan las células cancerosas en todo el cuerpo. Algunos ejemplos de tratamientos sistémicos son la terapia con yodo radiactivo y la quimioterapia.
Estos son los tratamientos principales para el cáncer de tiroides:
Cirugía. Este es el tratamiento que se usa en la mayoría de las personas con cáncer de tiroides. El objetivo es extirpar el tumor junto con un borde de tejido sano a su alrededor. El tipo de cirugía que le hagan dependerá del tamaño del tumor y del tipo de cáncer de tiroides. Se podría extirpar la glándula tiroides por completo o en parte.
Yodo radiactivo (RAI). La tiroides absorbe el yodo. Con este tratamiento, se pueden encontrar y destruir las células tiroideas que no se extirparon en la cirugía o que se propagaron fuera de la tiroides. El yodo radiactivo (RAI, por su sigla en inglés) se traga. Es una opción para muchas personas con cáncer de tiroides papilar, folicular y de células de Hürthle.
Medicamento de hormonas tiroideas. Este tipo de tratamiento es necesario después de la extirpación de la glándula tiroides o si ya no produce la cantidad suficiente de hormonas que el cuerpo necesita. Los medicamentos de hormonas tiroideas reemplazan las hormonas que produce la tiroides. Además, pueden retardar el crecimiento de las células cancerosas que aún haya en el cuerpo.
Radioterapia externa. Se pueden usar rayos X potentes u otros haces de energía para destruir las células cancerosas. Solo se usa en determinados casos, como cuando el cáncer en estadio avanzado no responde a otros tratamientos. O cuando el cáncer en estadio avanzado se propagó a tejidos esenciales, como la laringe o el esófago.
Quimioterapia (quimio). En este tratamiento se usan medicamentos fuertes para destruir las células cancerosas e impedir su crecimiento. No suele usarse para tratar el cáncer de tiroides, pero puede emplearse si otros tratamientos no funcionan.
Terapia dirigida. Se usan medicamentos que se dirigen a unas células cancerosas de la tiroides que tiene cambios específicos. Si las células cancerosas presentan estos cambios, se puede usar la terapia dirigida para destruirlas y se provoca poco o ningún daño a las células sanas. Estos medicamentos se usan si otros tratamientos no funcionan o si el cáncer reaparece después del tratamiento.
Puede recibir un solo tratamiento o una combinación de tratamientos. La mayoría de las personas con cáncer de tiroides se hacen cirugía.
Los investigadores siempre buscan formas nuevas de tratar el cáncer. Estos métodos nuevos se prueban en ensayos clínicos. Al participar en un ensayo clínico, obtendrá el mejor tratamiento disponible y también podría recibir tratamientos nuevos que se cree que son aun mejores. Antes de comenzar el tratamiento, pregúntele al proveedor de atención médica si hay algún ensayo clínico que deba considerar.
Al comienzo, pensar en las opciones de tratamiento puede parecer abrumador. Hable con los proveedores de atención médica, enfermeros y seres queridos. Haga una lista de preguntas. Piense acerca de los beneficios y los posibles efectos secundarios de cada opción. Analice todas sus preocupaciones con el proveedor de atención médica antes de tomar una decisión.