Lactosa es el nombre del azúcar que se encuentra en la leche. La intolerancia a la lactosa se produce cuando el cuerpo es incapaz de descomponer toda la lactosa que se encuentra en los alimentos que usted ingiere. Los síntomas de la intolerancia a la lactosa incluyen los siguientes:
Diarrea
Gases
Hinchazón
Dolor de estómago
Retorcijones de estómago
La lactosa se encuentra en productos lácteos tales como los siguientes:
Leche
Queso
Yogur
Helado
Sorbetes
Elementos que contienen lactosa indicados en la etiqueta de un alimento:
Sólidos de la leche
Leche descremada en polvo
Crema
Suero de leche
Leche malteada
Lactosa de suero de leche
Cuajada
Margarina
Algunos alimentos que pueden contener fuentes ocultas de lactosa:
Panes
Dulces
Galletas
Fiambres
Perros calientes
Salchicha de Bolonia
Salsas y adobos
Mezclas para postres
Sopas crema
Glaseados
Mezclas para bebidas de chocolate
Aderezos para ensaladas
La leche sin lactosa o con bajo contenido de lactosa es leche común a la cual se le quitó o redujo la lactosa. La mayoría de las personas con intolerancia a la lactosa pueden beber este tipo de leche. Consulte a su médico o dietista sobre este producto.
El calcio es necesario para tener huesos y dientes fuertes. Si no consume leche o productos lácteos, es posible que no esté recibiendo suficiente calcio en su dieta. Consulte a su médico o dietista para obtener más información sobre las necesidades de calcio de su cuerpo.
Las siguientes son buenas fuentes de calcio:
300 mg de calcio
150 mg de calcio
100 mg de calcio
4 onzas de salmón enlatado
2 onzas de sardinas enlatadas
2/3 taza de brócoli
1 taza de jugo de naranja fortificado con calcio
1/2 taza de grelos, col rizada o col silvestre
1/2 taza de quimbombó
1/4 taza de almendras
1/2 taza de tofu
5 onzas de camarones
1 taza de yogur
1 1/2 tazas de frijoles secos
2 tazas de repollo
En septiembre de 2006, la Academia Estadounidense de Pediatría (American Academy of Pediatrics) publicó nuevas pautas para el tratamiento de la intolerancia a la lactosa. Estas pautas respaldan el uso de alimentos lácteos como una importante fuente de calcio para el crecimiento y conservación de los huesos, además de otros nutrientes necesarios para el crecimiento en niños y adolescentes.
Anteriormente, se recomendaba eliminar los productos lácteos de la dieta para tratar la intolerancia a la lactosa. Las nuevas pautas sugieren que se deben probar productos lácteos para determinar cuáles se toleran más que otros. Si bien los síntomas de la intolerancia a la lactosa pueden ser molestos, la afección no es nociva para el organismo. Por lo tanto, se pueden usar en la dieta los productos lácteos que causen síntomas menos molestos, a fin de garantizar una ingesta adecuada de calcio y otros nutrientes importantes.