La broncoconstricción inducida por el ejercicio (BIE) es una afección de los pulmones. La BIE se produce cuando los tubos que hacen entrar y salir el aire de los pulmones se estrechan de forma repentina mientras se ejercita. A veces se llama asma inducida por el ejercicio.
Es posible que tenga BIE si alguno de estos síntomas se produce entre 5 y 10 minutos después de empezar a ejercitar:
Comienza a toser
Siente presión en el pecho o dolor de pecho
Tiene dificultad para respirar
Tiene sibilancias
Siente mucha falta de aire
La BIE puede producirse en personas que no tienen asma. La BIE puede presentarse incluso en atletas saludables que no tienen asma. Puede ocurrir en personas que tienen alergias. El ejercicio también puede empeorar los síntomas de asma en la mayoría de las personas que padecen esa afección.
Los expertos desconocen la causa de la BIE. Uno de los factores de riesgo es respirar aire frío, seco o contaminado. Durante la actividad física, entra más aire en los pulmones a través de la boca que de la nariz. Este aire no es cálido ni húmedo como el que entra por la nariz. El aire frío y seco hace que las vías respiratorias se estrechen.
Además del asma, estos son otros factores de riesgo de la BIE:
Sensibilidad al aire frío, seco o contaminado
Alergias que no están bien controladas, en especial, las alergias nasales
Niveles altos de polen
Infección respiratoria (viral)
Si tiene BIE, podría presentar síntomas a los minutos de empezar a hacer actividad física. Los síntomas son similares a los del asma.
Pueden incluir lo siguiente:
Falta de aire
Sibilancias o silbidos al respirar
Presión en el pecho
Tos
Opresión en el pecho
Algunas personas tienen problemas en las cuerdas vocales. Esto causa síntomas que pueden parecerse a la BIE. Sin embargo, los medicamentos y remedios para la BIE no suelen ser efectivos para los problemas en las cuerdas vocales. Existen tratamientos para los problemas en las cuerdas vocales. Hable con el proveedor de atención médica si cree que puede tener problemas en las cuerdas vocales en lugar de BIE.
El proveedor de atención médica le preguntará sobre su historia clínica. También le harán una exploración física. Podrían hacerle pruebas para ver el funcionamiento de los pulmones. La prueba más común es la espirometría. Se mide la respiración en reposo. También se mide durante la actividad física. Se conoce como prueba de esfuerzo.
El proveedor de atención médica puede sugerirle tomar medicamentos antes o después del ejercicio. Es posible que tome un medicamento inhalado, como albuterol. Este tipo de medicamento se llama medicamento de alivio rápido o de rescate. Se usa unos 15 minutos antes de la actividad física. También puede tomarse de nuevo durante el ejercicio o después de ser necesario.
Si tiene asma, es posible que ya use medicamentos de control. Este tipo de medicamentos se toma con regularidad para prevenir los síntomas. Los esteroides inhalados son los más comunes. Si aún no usa este tipo de medicamentos, el proveedor de atención médica podría recetarle alguno. Quizá le indique que lo tome si los medicamentos de rescate no funcionan.
Que tenga BIE no significa que deba dejar de hacer ejercicio. El ejercicio es importante para gozar de buena salud. Además, fortalece los pulmones, el corazón y los músculos que se usan para respirar. El cuerpo necesita la actividad física. Pregúntele a su proveedor de atención médica cómo hacer ejercicio de forma segura y con la menor cantidad de síntomas posible. La mayoría de las personas con BIE pueden hacer ejercicio de forma segura. Algunos consejos:
Hable con su proveedor sobre qué ejercicios son seguros para usted.
Tome los medicamentos antes de la actividad física según las indicaciones.
Vea a su proveedor de atención médica si los síntomas empeoran o aparecen con mayor frecuencia.
Pida al proveedor de atención médica, a un enfermero o al farmacéutico que le expliquen cómo usar el inhalador correctamente. También se lo llama inhalador de dosis medida.
Pida al proveedor de atención médica o al farmacéutico que le expliquen cómo usar los medicamentos, el inhalador o ambos. Anote las indicaciones.
Cuéntele a su compañero de actividad física acerca de la BIE y dígale qué hacer en caso de emergencia.
Además de tomar los medicamentos, lo siguiente puede prevenir o aliviar los síntomas de BIE:
No haga ejercicio al aire libre los días fríos y secos. Si está al aire libre y hace frío, cúbrase la boca con una mascarilla o una bufanda.
No haga ejercicio al aire libre cuando haya mucho polen o contaminación del aire. En su lugar, haga actividad física en un espacio cerrado.
No fume. Pídale ayuda a su proveedor de atención médica para dejar de fumar.
No haga actividad física cuando esté enfermo o cuando su alergia sea grave.
Comience un programa de ejercicios de a poco si hace mucho que no ejercita. Aumente poco a poco la intensidad y la duración del ejercicio.
Haga ejercicios de calentamiento y enfriamiento antes y después de la actividad física.
Pruebe distintas actividades. Vea cuál es la que mejor le funciona. Es posible que se sienta mejor con actividades que se realizan en lugares cálidos o que solo requieren poca energía. Por ejemplo, nadar, caminar, hacer senderismo, béisbol o golf.
Haga pausas y beba agua antes, durante y después del ejercicio.
Llame de inmediato al proveedor de atención médica en los siguientes casos:
Toma medicamentos para la BIE y sigue teniendo síntomas como los siguientes:
Dificultad para hacer las actividades habituales
Respiración rápida
Si tiene alguna pregunta acerca de los medicamentos o los ejercicios
El asma por cualquier causa que no esté controlada puede ser muy grave. Puede poner la vida en peligro. Quizás deban tratarlo en una sala de emergencias. Quizás deba permanecer en el hospital. La BIE puede interferir con las posibilidades de un atleta de participar en un deporte. Pero la actividad física es importante. Aporta muchos beneficios de salud, en particular, para las personas con asma. Así que no renuncie a un estilo de vida activo.
Llame al 911 de inmediato en las siguientes situaciones:
Tiene dificultad para respirar, respira rápido o tiene falta de aire que no mejora con el tratamiento
Tiene dificultades para hablar
El inhalador no funciona. Y los síntomas empeoran.
Se siente somnoliento, mareado, aturdido o confundido
Los dedos y los labios se tornan de color azul, púrpura o gris (pálido)
Su flujo espiratorio máximo empeora después del tratamiento o según lo que indique su proveedor de atención médica o el plan de acción para controlar el asma