Muchas personas no tienen ningún síntoma cuando les diagnostican este tipo de leucemia. Por lo general, se detecta cuando la persona se hace análisis de sangre por otro motivo y en el análisis se observa un recuento demasiado bajo de glóbulos blancos. Cuando sí se presentan síntomas, pueden ser los siguientes:
Sensación de mucho cansancio (agotamiento físico)
Debilidad
Fiebre
Escalofríos
Sudores nocturnos
Infecciones frecuentes
Dolor o sensación de presión en la parte superior izquierda del abdomen, debido al agrandamiento del bazo
Sensación de estar lleno después de comer solo un poco
Pérdida de peso
Sangrado o formación de moretones con facilidad
Dolor en los huesos o en las articulaciones
Picazón en la piel
Muchos de estos síntomas pueden deberse a otros problemas de salud más comunes. De hecho, es más probable que la mayoría de ellos tenga otra causa. Pero si tiene estos síntomas, es importante que consulte a su proveedor de atención médica. Solo un profesional puede decirle si tiene leucemia mieloide crónica, otro tipo de cáncer o algún otro problema de salud que tenga que tratar.