Cáncer de páncreas: radioterapia

¿Qué es la radioterapia?

En la radioterapia, se usan haces de alta potencia de rayos X o partículas para destruir las células cancerosas.

¿Cuándo puede usarse la radiación?

La radiación puede formar parte del tratamiento del cáncer de páncreas. Las siguientes son algunas razones por las que el proveedor de atención médica puede aconsejarla:

  • Antes de la cirugía para intentar reducir el tamaño de un tumor. Esto puede permitirle al cirujano extirpar todo el cáncer. Esto se conoce como terapia neoadyuvante. Cuando se usa radiación antes de la cirugía, suele administrarse junto con quimioterapia.

  • Después de la cirugía para intentar destruir cualquier célula cancerosa que haya quedado. Esto se conoce como terapia adyuvante. Cuando la radiación se usa después de la cirugía, suele administrarse junto con quimioterapia.

  • En lugar de la cirugía para tratar el cáncer de páncreas cuando se ha propagado más allá del páncreas a otras partes del cuerpo o se ha extendido demasiado en la zona para que la cirugía sea inadecuada. Puede ser el tratamiento principal, que suele combinarse con quimioterapia.

  • Como cuidado de apoyo (paliativo) para aliviar los síntomas causados por tumores que no pueden tratarse con cirugía, como dolor, sangrados y síntomas obstructivos, o que se han propagado a otros órganos.

Probablemente, se reunirá con un equipo de especialistas en cáncer para definir el plan de tratamiento. El equipo puede incluir un cirujano, un oncólogo radioterapeuta y un oncólogo clínico.

¿Qué sucede durante la radiación?

La forma más común de recibir radiación para el cáncer de páncreas es a través de una máquina externa en la que se emiten rayos X invisibles. Esto se conoce como radioterapia externa. Es posible que necesite un tipo especial de radioterapia externa, como por ejemplo:

  • Radioterapia conformal tridimensional (3D)

  • Radioterapia de intensidad modulada

  • Radiocirugía estereotáctica (se localizan dosis altas de radioterapia)

En estos tipos de radioterapia externa se adaptan los haces de radiación a la forma del tumor. Se usan para intentar limitar las dosis de radiación que alcanzan y dañan las células normales cercanas y otros órganos. 

El proveedor de atención médica especializado en cáncer y radiación se denomina oncólogo radioterapeuta. Trabaja con usted para determinar el tipo de radioterapia que necesita. También decide la dosis y la duración del tratamiento.

En la mayoría de los casos, puede recibir la radioterapia externa de forma ambulatoria en un hospital o una clínica. El tratamiento estándar de radioterapia externa es de 5 días a la semana durante varias semanas.

Preparativos para la radioterapia

Antes de recibir la primera radioterapia, se le hará una sesión para determinar exactamente hacia qué parte del cuerpo deben dirigirse los haces de radiación. Este proceso se llama simulación. Esta sesión puede durar hasta 2 horas. Durante este tiempo, es posible que le hagan pruebas de diagnóstico por imágenes, como una resonancia magnética, una exploración por tomografía computarizada o una exploración mediante TEP/TC. Con esto, los proveedores de atención médica conocerán el lugar exacto del tumor para dirigir mejor la radiación.

Además, en esta sesión es posible que le hagan moldes del cuerpo para que se coloque en la misma posición y evitar que se mueva durante el tratamiento. Luego, se acostará en una camilla y se quedará quieto mientras el terapeuta usa un aparato para definir el campo de tratamiento. El campo es el área exacta del cuerpo a donde se dirigirá la radiación. A veces se denomina puerto de tratamiento. El terapeuta puede marcarle la piel con pequeños puntos de tinta o tatuajes semipermanentes. Esto se hace para que la radiación se dirija al mismo lugar en cada tratamiento.

Los días que recibe radiación

Los días que reciba radioterapia, se acostará en una camilla mientras le colocan encima la máquina de tratamiento. Es posible que deba usar una bata de hospital. El tratamiento es muy parecido a hacerse una radiografía, solo que dura más tiempo: entre 15 y 30 minutos. Debería planificar estar allí alrededor de una hora en total.

Al principio de la sesión, un radioterapeuta puede usar bloques o escudos para proteger las partes del cuerpo que no es necesario exponer a la radiación. Entonces, el terapeuta alinea la máquina para que la radiación se dirija al punto que se marcó durante la simulación. Quizá vea que las luces de la máquina se alinean con las marcas en la piel. Cuando esté listo, el radioterapeuta saldrá de la sala y encenderá la máquina. Es posible que oiga zumbidos o chasquidos, como los de una aspiradora, mientras se administra. Es posible que le pidan que contenga la respiración un momento. Durante la sesión, podrá hablar con el radioterapeuta y escucharlo mediante un intercomunicador. No se siente la radiación, así que no duele. No será radiactivo después de recibir el tratamiento.

Qué esperar después de la radiación

Dado que la radiación afecta tanto las células normales como las cancerosas, puede tener efectos secundarios. En general, los efectos secundarios de la radiación se limitan a la zona del cuerpo en tratamiento. Algunas personas no tienen efectos secundarios o solo unos pocos. Si los tiene, el proveedor de atención médica puede cambiar la dosis de radiación o la frecuencia con la que recibe tratamiento. O puede suspender el tratamiento hasta que desaparezcan los efectos secundarios. En la mayoría de los casos, sin embargo, los efectos secundarios son leves y el proveedor de atención médica lo ayudará a controlar los síntomas para que pueda continuar con el tratamiento. Hable con el proveedor sobre cualquier cambio que note o sobre los efectos secundarios que tenga.

Posibles efectos secundarios

Los efectos secundarios comunes de la radiación incluyen lo siguiente:

  • Irritación de la piel o cambios en las zonas de la piel que reciben radiación, puede enrojecerse, formarse ampollas y descamarse como una quemadura solar fuerte

  • Náuseas y vómitos

  • Diarrea

  • Pérdida del apetito

  • Pérdida de peso

  • Cansancio intenso (fatiga)

  • Recuentos bajos de sangre

Si tiene alguno de estos efectos secundarios, pregúntele al proveedor de atención médica cómo tratarlos. Consulte cómo saber cuándo son graves y cuándo deben comunicarse. Estos efectos secundarios suelen desaparecer con el tiempo una vez finalizado el tratamiento. Muchas veces, los efectos secundarios pueden tratarse.

Pregúntele al proveedor de atención médica a qué problemas debe prestar atención y cuándo debe llamarlo. Sepa cómo obtener ayuda fuera del horario de atención del consultorio y durante los fines de semana o los feriados.

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